jueves, 18 de febrero de 2010

¿Por qué te amo?

¿Por qué te amo? Me preguntas.

Porque nunca voy a poder definir el color de tus ojos, pero asumo que son cambiantes como la luna…
Porque me identifico en tus palabras, en tu soledad.
Tu modo de pensar me libera y me envuelve en pleno vuelo.
Porque aunque sé que no miré el firmamento tantas veces como vos, en cada estrella centelleante te desee.
Porque jamás vas a saber de mí y yo jamás sabré de ti.
Te amo porque te encuentro completamente ajeno y como tal, no podría alterarte.
Me enamora la idea de convertirme en tu juguete. Estar en tus manos grandes y callosas, para luego ser dejada de lado en algún rincón de tu memoria. Desde mi perspectiva verte disfrutarme sería mucho más placentero que esforzarme en hacer algo que te guste. Este es mi juego, acá es dónde descubro al niño que hay en tu interior.
Te amo sobre todo porque no te tengo y aún así, me completas.
Cada vez que piense en vos te amo y cada vez que deje de pensar te voy a seguir amando.
Me incitas a descubrir en mí nuevas y diversas maneras de pensar.
Sin perder el sentido mi propia vida, sigo estando a tus pies porque te lo mereces.
Te amo porque en mí encontrás un espacio vacío donde gritar.
Yo soy vos cuando tenés ganas de irte del mundo.
En este juego, mi juego favorito, te tengo como quiero y me tenés como vos querés.
Me conoces sin conocerme.
Pendo de un hilo entre vos y el abismo. No tengo porqué preocuparme nunca me vas a soltar, porque no sos nadie y yo tampoco.
Nada me diste, nada te debo.
Te amo porque comparto mi ocaso con tu recuerdo.
Porque haces lo que yo no puedo hacer.
Talvez un día alguien me ame como yo a vos.
Talvez alguien me desee cerca de él como yo a vos.
Cuando nos encontremos no te voy a hablar de mis miedos los vas a ver reflejados en mis ojos tristes y oscuros.
No tendremos tiempo para hablar, las palabras ya se han dicho todas.
Haré lo que más me gusta hacer…observarte. Dibujar cada línea de tu rostro con una tinta invisible.
Tal vez un día no muy lejano me vuelva una viejecilla, mis tobillos se hinchen y no me puedas ver danzar, mis manos se arruguen y no pueda labrar la tierra, mis cabellos se hagan grises como los días sin sol, pero siempre me voy a sentir con mucha vida por vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario